El Guardia de las Catacumbas. La Vida de Sancho (XI).


Está era la tercera noche desde que Bastián regreso a casa para encontrarse con el cuerpo sin vida de su abuela y la noticia de que su hermano había sido secuestrado. No confiaba en las palabras de aquella carta diciendo que estaba siendo cuidado por La Alianza. La idea de que su hermano estuviese muerto o sufriendo lo atormentaba y no lo dejaba dormir, recordaba aquel hombre en Thais y su frase "cuidado con tus acciones". Si se equivocaba, si hacia una sola cosa que a ellos no les gustase.. prefería no pensar en ello, todos saben lo peligroso que son. Las horas pasaron y varios golpes en la puerta destruida de la entrada lo arrastraron fuera de sus pensamientos. Aún no amanecía por lo que la oscuridad dominaba, rápidamente tomó lo primero que encontró, una viga de madera, eso sería útil contra un Troll si fuese el caso. Con cautela se acercó hacia una hendidura en la pared buscando el causante de aquel ruido. No se veía a nadie, todo estaba tan solo como de costumbre. La luna iluminaba los alrededores así que notó una gran caja en la entrada, pero nadie cerca. quien la haya dejado debe estar lejos, o asechando en la penumbra. Bastián fue hacia la caja y encontró una nota sobre ella «Colocate esto y dirígete hacia la Guildhall Sky Lane 2 en Edron antes del alba. Muestra esta carta en la entrada». Miró hacia los lados esperando encontrar a alguien pero solo la lunay el silencio de la noche lo acompañaban. Revisó la caja y se encontró con todo un set para paladines, incluso un arco y una ballesta junto a varias municiones, runas y pociones así que se vistió y guardo todo en una mochila. Antes de salir le dió un ultimo vistazo a la casa donde creció, pensar que apenas hace unos días estaba allí mismo jugando con su hermano y escuchando historias de su abuela. Se arrodilló frente a la chimenea, cualquiera creería que para rezar o llorar, por el contrario, lo que hizo fue apartar las cenizas que en ella había, movió un par de piedras que cubrían un hoyo del que saco unos trapos sucios que envolvían una daga de acero, bastante antigua por lo que se podia apreciar, aún así la escondió dentro de sus ropas y partió hacia el barco de Venore sin mirar atrás ni derramar una sola lágrima. 

Encontrar la Guildhall no fue sencillo ya que era primera vez que visitaba la isla de Edron pero como llegó mucho antes de que el sol comenzara a salir aún estaba a tiempo. El castillo y las murallas grises lo habían dejado perplejo al verlas en la distancia pero de frente eran aún más intimidantesn. Paso junto a varias tiendas cerradas y junto al templo. Siguió caminando hacia el sur y hasta encontrarse con casas muy elegantes. A pesar de su asombró, los pensamientos regresaron a su mente, especialmente la razón por la cual lo habían convocado. Vió a un trío pasar a lo lejos asi que dedujo que estaban yendo al mismo lugar por lo que los siguió. Al llegar vio como el trío saludaba a otro grupo de gente frente a una casa, como las del resto de la ciudad, pero mucho mas grande, de unos cuatro pisos y, escrito en un pequeño tablero sobre la entrada se leía Sky Lane, Guild 2. Hablaban entre ellos comparando sus armas y piezas del set, parecia que se tenían mucha confianza y que se conocían de años porque bromeaban y reían. De pronto la puerta se abrió y uno a uno comenzaron a entrar. En la entrada había un caballero de armadura plateada y reluciente que miró a Bastian de arriba a abajo. ¿Primera vez?, le preguntó por lo que Bastián asintió con la cabeza y le entregó la carta que había recibido junto a su set. El guardia la leyó, le devolvió la mirada y lo invito a pasar Bienvenido, sigue hacia el segundo piso y espera junto a al resto en el comedor. Por dentro la Guildhall era aún más grande de lo que se veía desde el exterior. En ese primer piso habían cuatro habitaciones todas decoradas de diferentes maneras. Había un vendedor en una especie de taberna, una habitación con objetos extraños y macabros, otra que daba la impresión de ser un jardín y otra con objetos probablemente obtenidos de bosses y quest. Habían también unas escaleras hacia un sótano y unas que dirigían al segundo piso por las que subió. En ese piso se encontraba un gran comedor donde estaban reunidos los mismos que esperaban afuera. La mesa estaba llena de frutas, carnes, panes y bebidas, sin embargo nadie tocaba nada. Bastián entró y se sentó lo mas alejado posible del grupo, en silencio, solo observando a la nada. Luego de unos minutos todos dejaron de hablar. Los pasos de un gigante atravesaron la sala a toda velocidad deteniéndose junto a Bastián. Era un tipo gordo, grande y barbudo que no cabía siquiera en su armadura de oro, era quizás el hombre más grande que Bastian había visto. En su espalda colgaba un mazo tan enorme que solamente una bestia así podría sostener. 

Buenos días, veo que han llegado temprano dijo con voz gruesa. No veía a nadie a la cara, solo se concentraba en la mesa y la comida. Arrancó una pierna de pollo, le dió un mordisco y comenzó a leer una carta que traía en su otra mano. Veamos.. uhnm.. oh, está semana nos corresponde la ciudad de Oramond, en el camino asignaré los respawns y los horarios. Pueden comer. 

Todos comenzaron a engullir la comida que en la gran mesa había. Todos menos Bastián que se mantenía sobre su silla en silencio. El hombre gordo se dió cuenta. 

Asi que tú eres el chico nuevo. No seas tímido, come. le dijo mientras tomaba cerveza de un tarro gigante. Mi nombre es Jhon y soy el encargado de este grupo. Estoy seguro que tienes muchas preguntas pero te las iremos respondiendo en el camino. 

Sabe algo de mi hermano? preguntó sin tibutear. 

¿Tu hermano? No tengo idea muchacho, eres el único nuevo en mi grupo. No me asignaron a nadie más. Por la respuesta, Bastián entendió que Jhon desconocía por completo su situación, que no era más que una marioneta de La Alianza y no sabía nada de lo que sucedía. Lo ignoró y comió un poco ya que tenía días sin hacerlo. Luego de quedar satisfechos y descansar un rato Jhon dió la orden para partir. No era tan malo como pensó cuando lo vio entrar al salón, de hecho le parecía bastante simpático porque pasó conversando durante todo el desayuno. Cuando salieron a la calle los rayos del sol iluminaban el castillo y las murallas. Fueron hacia el barco y de allí viajaron hacia Oramond. En el camino, Jhon le iba contando que era lo que harían allá. 

Cada semana nos asignan una ciudad para custodiar. En ella debemos hacer guardias de tres horas al día para no permitir que nadie que no sea de La Alianza ingresé a los respawn importantes de la ciudad. En Oramond solo hay tres respawns importantes y como somos varios nos vamos turnando los tiempos de custodia. Luego de tus tres horas puedes descansar en una de las casas que nos asignan, irte a cazar o hacer lo que tú quieras. Si vas a cazar en un respawn y hay alguien de la Guild debes esperar que él salga, el tiempo límite es de dos horas si hay alguien esperando. Si no hay nadie, puedes quedarte más tiempo. Si ingresa alguien que no sea de la Guild debes sacarlo asi sea por la fuerza pero si no puedes es mejor que te pongas en contacto con alguien de la Guild para que te ayuden. Cuando alguien de la Guild ingresé al respawn que estás cuidando, puedes irte pero debes estar pendiente por si necesita apoyo mientras sea tu guardia. ¿Alguna pregunta? Estoy seguro que se me está pasando algo por alto. 

Atónito por toda la explicación que acababa de escuchar Bastian no supo que decir, solo asentir con la cabeza.  

Entonces, ya que no tienes preguntas asumo que estás listo, tu turno será desde las siete hasta las diez en las catacumbas. Se puso de pie y saco un pergamino doblado y arrugado de un bolsillo. En este mapa encontrarás su ubicación y también la de la casa para cuando termines y quieras descansar. No olvides que puedes contactar conmigo o cualquiera del grupo ante cualquier situación.

Cuando llegaron a Oramond cada quien tomó su camino, Bastian desconocía hacia donde se dirigían los demás pero entendía que se turnarian durante el día y que algunos estarían descansando mientras los otros hacían guardia. Al llegar a las catacumbas Bastian subió las escaleras para reconocer el área. Era un lugar enorme, lleno de criaturas salidas del mismísimo infierno. Habían demonios, dark torturers, destroyers, grim reapers, entre otras. Por lo visto no había gente en el lugar así que decidió probar un rato. Tomó el arco y las municiones que le habían dado y comenzó a matar de uno en uno, luego aumentó la intensidad y lureaba más criaturas. «Esto es más fácil de lo que pensé. Podría aprovechar mis guardias para subir de nivel y ganar algo de dinero». Luego de unos minutos y adentrarse más en las catacumbas se encontró con un grupo de gente cazando. 

¡HEY! ¿Que hacen ustedes aquí? les cuestionó Bastian al darse cuenta que no eran de La Alianza. Deberian salir de aquí cuanto antes. 

Oye, oye, cálmate amigo. Solo estamos cazando de este lado del respawn, no hay porque molestarse. respondió el caballero de cabello blanco. 

Este respawn pertenece a La Alianza, si no se van me veré obligado a utilizar la fuerza o matarlos. 

¿Matarnos? ¿Tú solo? ¿Y como harás eso? Antes de siquiera poder apuntarme con tu arco te voy a volar en pedazos. dijo una chica que por su arma parecía ser el sorcerer. 

Tranquilo chico intervino el tercero ven, hablemos. ¿Eres de La Alianza? ¿Cuál es tu nombre? 

Me llamo Bastian y hoy es mi primer día, así que les agradezco que se retiren o tendré que llamar a mis amigos. 

¿Sabes que morirás antes de que lleguen, no? la sorcerer presionó su wand contra el pecho de Bastian haciéndolo retroceder y levantar las manos. Yo también soy de La Alianza, así que puedo cazar aquí o donde se me antoje. 

Veamos chicos, cálmense. Bastián, ¿verdad? Mi nombre es Sancho. Tienes cara de ser un buen muchacho, ¿por qué no mejor te unes a nosotros y nos acompañas a cazar? 

¿Unirse? preguntaron Yvette y Kristt incrédulos. Bastian también lo miró confundido. 

Claro, ¿por qué no? Es un paladín y nosotros necesitamos uno para completar nuestro team y así mejorar la experiencia y el dinero, además Yvette, tu dijiste que el guardia estaría durante tres horas, es ideal para nosotros. –Explicaba Sancho entusiasmado. 

–Y.. ¿que les hace pensar que los voy a ayudar? respondió nuevamente Bastian, aún con la varita apuntandolo. No puedo permitir que nadie fuera de La Alianza cace aquí, y mucho menos ayudarlos, si me descubren quien sabe que haran conmigo o mi hermano... 

¿A tu hermano dijiste? Kristt se acercó y obligó a Yvette a bajar el arma. Chico, ¿te tienen amenazado? 

Asi es, ellos secuestraron a mi hermano, o eso es lo que me han hecho creer porque realmente no lo sé. Penso en aquellas palabras que en Thais le habían dicho, "cuidado con tus próximas acciones". Lo que si sé es que no puedo hacer nada que les moleste. Decía mientras su voz tibuteaba y sus ojos se llenaban de lágrimas. Yvette lo tomó por el hombro y lo acercó hacia ella. 

Si tienen a tu hermano como rehén, lo rescataremos pero para ello primero debes confiar en nosotros se separó de él y con una sonrisa en el rostro le extendió la mano. ¿Que dices Bastian, te unirás a nosotros y nos ayudarás a acabar con La Alianza para salvar a nuestros hermanos?


Continuará.

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