La Vida de Sancho (V): un ladrón inocente.

1.. 2.. 3.. ¡UTAMO TEMPO! 

Respire profundo y me lance prácticamente a ciegas por ese teleport dónde de inmediato sentí como el fuego me quemaba y los demonios me rodeaban, a la vez que las Banshees se acercaban rápidamente con sus cánticos malditos. Creo que no debí ofrecerme como voluntario para bloquear, pero aquí estoy, aferrado a mi escudo y espada con mas fuerza que nunca. Aunque solo fueron un par de segundos, sentí como si hubiese pasado una eternidad, pero llegó Kristt con su UE aniquilando a todas las Banshees de la sala y causándole un buen daño a los demonios. Era el momento del contraataque. Utilicé todos los hechizos que conocía mientras el druid me curaba con sus sios y continuaba atacando con sus magias. La verdad es que estuve asustado por nada, todo fue más fácil de lo que pensaba. La Demon Helmet Quest la hicimos entre dos en solo un par de minutos 

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Luego de que Kristt me salvase de aquella muerte inminente y fuésemos a aquella quest, forjamos un buen lazo de amistad. Me hizo entender que cazar en equipo era mucho más productivo que andar solo por ahí. Desde entonces cazamos en duo siempre que podemos haciendo que la experiencia y nuestra cuenta bancaria creciera considerablemente. También me invitó a unirme a su guild junto a sus amigos, un grupo muy pintoresco lleno de gente divertida y amigable, siempre dispuestos a colaborar. Cómo Kristt y yo éramos los más altos de la guild, siempre nos pedían ayuda para hacer cualquier quest o solucionar uno que otro problemita en el que se metían. Era un buen ambiente, disfrutaba mucho compartiendo con ellos. Las últimas Quest que hicimos entre todos fueron la de Pits of Inferno e Inquisition. Duramos como ocho horas entre las dos, pero al menos las risas no faltaron. 

Este fin de semana hubo un evento al que llaman rapid respawn dónde las criaturas reaparecen muy rápido una vez mueren. Junto a Kristt hicimos una lista interminable de bestiarys y como todo salió según lo planeado, sacamos más de mil puntos cada uno. Con eso me compré la runa de Freeze que nos ayudo mucho en avanzar la Task de Demons ya que mueren más rápido. Si hay algo que estoy ansioso por terminar, es esa misión y descubrir cuál es la recompensa de la que tanto hablan. Yo creo que en un par de semanas acabamos esa Task. 



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- ¡DETENGAN A ESE LADRÓN! 

Me gritaban los guardias de la ciudad de Thaís mientras trataban de seguirme el ritmo. Simplemente no podían con mi velocidad ni mi habilidad de trepar y saltar entre los tejados de las casas. Y se lo que están pensando, que soy un vil ladrón pero primero deberían escuchar mi historia antes de juzgarme. Dejen que me escape de estos guardias inútiles y les cuento. 

Continué corriendo por los tejados y lanzando flechas, estoy seguro que por los gritos le di a uno. Seguí sin mirar atrás y salté a otro techo. Sentía como las runas de fuego y hielo pasaban por mi lado pero yo no pensaba detenerme. En el siguiente salto me encontré de frente con uno de los guardias, era un knight bastante musculoso comparado conmigo. Le esquivé un par de estocadas que me lanzó con su espada, hice un movimiento rápido y le clave una de mis flechas detrás de la rodilla. Soltó un grito de dolor y seguí corriendo. Para mí desgracia no tenía salida por ningún lado, me habían acorralado, no me quedó más que subir las manos y aceptar mi derrota. 

Ahora que estoy en prisión si puedo contarles mi historia. Resulta que durante la gran guerra mis padres fueron asesinados y desde entonces estoy a cargo de mi hermano pequeño y de mi abuela que está muy enferma. Nunca me ha gustado la idea de estar robando, pero la situación me ha obligado y ni siquiera es que esto sea un robo. Actualmente las zonas de caza son dominadas y no permiten que nadie fuera de la alianza entre a esos lugares así que debo deambular por sitios no muy frecuentes ni productivos para poder conseguir un poco de dinero y mantener a mi familia. Hace un par de días, luego de comprar unos medicamentos y algo de comida, unos tipos, curiosamente de la alianza, me acorralaron y bajo amenazas me obligaron a entregarle todo lo que tenía. Luego de seguirles el rastro, hoy me topé con uno de ellos y le di su merecido, debieron verle la cara al desgraciado. Lo cierto es que cuando estaba tomando sus cosas, alguien alertó a los guardias y bueno, ya se saben el resto de la historia. Por cierto, no me he presentado, mi nombre es Bastian.


Continuará.

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