Así como dice aquel dicho, ¡Vine buscando cobre y encontré oro!
¡Era lo más impactante que me había pasado en la vida! Totalmente impredecible, encontré las huellas de grandes leyendas.
La historia comienza así.
Una mañana cualquiera, apareció ante mí un mensajero real que disponía a entregarme una citación con el Rey Tibianus en la noche del solsticio de invierno en una de sus mansiones en donde, antiguamente, antes de la aparición de la señorita Eloise, se practicaban por así decirlo,.... “fiestas para conocer damiselas”.
Por si no lo saben, yo soy un ex comandante del ejército y también amigo cercano del Rey Tibianus, mi nombre es Ragnar Bjornson, nacido en una de las pequeñas islas de Svargrond.
Conocí al Rey un día en el tuvimos que llevar al mercader Rashid a la ciudad de Carlin, allí aproveche para conocer otros lugares, ya que, nunca había salido de las islas de hielo. Encontré en la taberna a un joven flacucho el cual estaba buscando algunos problemas con los pueblerinos de la zona. No sé en qué momento me decidí por ayudarlo, y vaya paliza nos dieron aquella tarde…. Inolvidable, desde luego. Allí comenzó nuestra amistad, por así decirlo.
¿Quién se imaginaría que aquel jovenzuelo podría llegar a ser un rey? ¿Qué hacía ahí?
Y lo peor de todo, ¿Quién me manda a mi aceptar el trabajo de ser la espada del rey?
Desde entonces, me he encargado de comandar y luchar contra los rebeldes, librar las ciudades de invasiones de monstruos y bestias salvajes. Hasta que decidí renunciar, y he de confesar que no ha sido fácil, ya que, nuestro querido Rey me suele mandar a hacer trabajos “extraoficiales”.
El mensajero, el lugar de encuentro y la fecha aproximada me hizo pensar que éste sería uno de aquellos trabajos de los cuales no podía confiar a cualquiera, así que asistí a dicha reunión.
El Rey me comentó, que había oído rumores de que Ferumbras estaba organizando una rebelión y reagrupando gente en la Isla de los Reyes… Era muy extraño, ya que nadie había salido de la Isla de los Reyes con vida, todo aquel que se embarcaba nunca regresaba y el Rey me estaba sugiriendo que fuese a investigar.
Por desgracia, como súbdito y amigo del Rey no me pude negar ante esta misión secreta, aunque, posiblemente me podría costar la vida.
Emprendí mi viaje hacia aquella dichosa isla, armado hasta los dientes. Ya saben, por si acaso. Una vez allí me sorprendió ver que existía un templo y para mayor asombro habitaban un par de monjes, así que decidido les pregunté si habían más ciudadanos en aquel sitio o si sabían algo acerca de los rumores. Se negaron a contestar, así que tuve que ponerme a investigar.
El sitio era muy extraño, en el centro del templo parecía haber preparaciones como si fueran para un ritual. Me di cuenta que en la estatua derecha que está junto a la pared estaba ligeramente rasgada y desde la grieta salía una especie de luz… Intenté abrirla con una hoz y de repente, me teletransportó a otra habitación. Pude observar un pasillo pero, que tenían unas gárgolas extrañas de piedra las cuales tiraban un fuego abrasador y obviamente me quede analizando cómo poder pasarlas, y cuando llegue al final encontré un libro…
En aquel libro encontré una breve explicación de lo que me encontraría a continuación.
Les cuento que eso era una mina de oro de historias, leyendas, diarios de grandes heroes y heroinas, no me lo podía creer. Todo eso que nunca se supo, grandes secretos podrían ser revelados en estos libros.
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